Según ha explicado a Restauración News Borja Domínguez, director general de Wogaboo, el ritmo de expansión previsto pasa por abrir antes del fin de este año cuatro franquicias -con una
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media de doce trabajadores por local- en la Comunidad de Madrid, y firmar la puesta en marcha de otras siete que verán la luz en 2013 en la misma región.
Es más, de cumplirse las previsiones de Domínguez, veinte franquicias adicionales, que estarán repartidas entre Madrid capital y su periferia, se incorporarán a la cadena a lo largo del próximo año. “Mi objetivo es tener, en un plazo de tres años, unos treinta locales y que todos ellos sean rentables”, confirma Domínguez, fundador y dueño, junto a su padre y hermano, del 90% de Wogaboo (el 10% restante quedó en 2006 en manos de Caja Duero, ahora integrada en la entidad Caja España-Duero).
Consciente del desafío que supone ampliar la red comercial y hacerlo además mediante el sistema de franquicias, hasta ahora poco explotado por Wogaboo, Domínguez ha asegurado a esta revista que “como mucho en un mes y medio, la cadena fichará a un alto directivo, español y actualmente activo en un grupo de restauración acostumbrado a franquiciar, que recibirá el cargo de director general de franquicias” de la enseña.
Un ex Burger King como asesor
En el proceso de selección de candidatos aptos para ocupar dicho puesto, los dueños de Wogaboo han estado asesorados por un ex alto cargo de Burger King.
“Esa persona nos está ayudando a encontrar ese directivo que en breve se incorporará a nuestro equipo”, apostilla Domínguez, quién reconoce que tanto él como su padre y hermano no han estado hasta ahora muy vinculados a las franquicias. De ahí que hayan necesitado de una ayuda externa como la de ese directivo y de crear un puesto nuevo para dirigir el departamento de franquicias.
Replicar el modelo
Precisamente, la persona que ocupe ese cargo tendrá que determinar con la familia Domínguez a que lugares llevar Wogaboo. “Tenemos claro
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que lo que no tenemos que hacer es picotear ciudades, sino replicar el modelo sólo en dos ó tres”, adelanta Borja Domínguez.
Al ser preguntado por sus preferencias, Barcelona, Valencia y Málaga son las primeras que aparecen en su lista, sin olvidarse de Madrid. “La periferia de Madrid nos encajará siempre”, puntualiza.
Sean cuales sean finalmente los destinos elegidos para replicar el modelo de Wogaboo, lo que Domínguez sí tiene claro es que en cinco años, la red comercial de la cadena estará constituida en un 80% por franquicias y en un 20% por locales propios.
“No descartamos abrir locales propios, dentro o fuera de Madrid, pero las franquicias siempre han estado en nuestro punto de mira, porque es un modelo de negocio rentable que permite crecer sin riesgos”, corrobora.
Un deseo que también lleva implícitos ciertos requisitos para los franquiciadores de la cadena. Al canon de entrada de 36.000 euros, aquéllos que quieran abrir un Wogaboo tendrán que contar con una inversión inicial de 1.460 euros por metro cuadrado (a cambio de obtener la llave del local en mano) y abonar a los dueños de la cadena un 7% de sus ventas anuales (ahí se incluye el presupuesto que Wogaboo destina a marketing).
La superficie que Borja Domínguez exige para que un local pueda ser una franquicia de su cadena es de un mínimo de 150 metros cuadrados, siempre y cuando el restaurante tenga terraza, o de 180 metros cuadrados, s
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i carece de ella.
Aunque el ejecutivo, de 35 años de edad, dice que no prefiere los centros comerciales a los locales a pie de calle, sí reconoce que los primeros “son interesantes” para su negocio puesto que “cuentan con un público cautivo”.
Un concepto en evolución
De ahí que de las cuatro aperturas que Wogabbo tiene previstas para este año en régimen de franquicia al menos dos estarán en estos complejos: en el centro comercial de Kinépolis (Pozuelo de Alarcón) y en Parquesur (Leganés).
Lo que también interesa a los propietarios de Wogaboo, tanto para sus locales propios como para sus franquicias, es “la evolución del concepto”, sin variar los precios –el ticket medio ronda los 20 euros-.
Tras haber puesto en marcha la estrategia que convierte a cada establecimiento de la enseña en un “restaurante de pastas del mundo” -al combinar pastas y salsas italianas con asiáticas- y después de varios meses ofreciendo barra libre de mojitos con las cenas de los jueves, Borja Domínguez quiere ahora apostar por el afterwork.
Y quiere hacerlo ya. Según sus cálculos, este verano los Wogaboo que estén rodeados de oficinas, donde el perfil del trabajador es claramente el de un ejecutivo, ofrecerán un servicio de afterwork, con gin tonics y aperitivos, explica Domínguez. Jgema boiza
