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“El diseñador es, en parte, el autor de un restaurante, pero el alma es el cocinero”

Hasta hace muy poco, la vanguardia y la creatividad en el sector de la decoración parecían ser conceptos reservados para la Ciudad Condal. La situación ha cambiado y actualmente es Madrid quien marca las tendencias. Tomás Alía es uno de los principales artífices de que eso sea posible.

En cuanto a hostelería y restaurantes… ¿Cuáles son los proyectos que recuerdasde una forma más vívida?
Recuerdo uno con un cariño especial: el Larios Café. Además de obtener un premio de arquitectura otorgado por el Ayuntamiento de Madrid, el Larios Café supuso un cambio, una ruptura conceptual a nivel diseño en Madrid. Madrid era una ciudad donde los espacios públicos no se cuidaban, no se tenía la noción de que detrás de un buen cocinero hacía falta cuidar el ambiente: se creía que en una discoteca, si hay buena música, el espacio da igual. El Larios, en aquel momento impuso que hay otra forma de vivir, de divertirse, de convivir, de mezclarse, y claramente ese espacio supuso una ruptura.

A partir de ese momento la prensa empezó a reconocerme, y muchos clientes me apoyaron, confiaron en mí, y llevé a cabo varios proyectos muy interesantes: el Cool, el Moma, Nueva Fontana… después llegó fue Mood -un concepto nuevo que lanzó VIPS-, y gané el concurso a nivel nacional. Mood supuso otro cambio en cuanto a referentes de comida joven.

De todos ellos, ¿Fue el Larios Café el que significó un mayor desafío?
Yo siempre apuesto por el Larios, porque hubo un antes y un después de él; en la ciudad sobre todo. Hasta ese momento, no existían locales punteros en Madrid. La vanguardia siempre apostaba por Barcelona y no por esta ciudad. Pero actualmente Madrid vive un momento espectacular a nivel de diseño. Está expectante, mientras que Barcelona se ha tranquilizado. En Barcelona se han hecho cosas maravillosas, es una ciudad de referencia, cosmopolita, increíble, pero ahora le está pasando a Madrid el mando a nivel estético. Hay proyectos asombrosos como son el del Reina Sofía, las torres que están haciendo los grandes estudios de arquitectos, el espacio positivo de La Caixa frente al Museo del Prado… cosas muy potentes. El alcalde tiene la intención de apoyar a los diseñadores y, en contrapartida, nosotros debemos empujarle a él para que nos apoye.

Ha realizado obras para hostelería, locales comerciales, vivienda… ¿Qué es más fácil? ¿Dónde se desarrolla mejor la creatividad del artista?
Absolutamente en un local público. En los espacios privados, como los de convivencia, en que cada persona vive de una manera diferente o tus niveles de confort los mides en relación a ti mismo, el proyecto está siempre mucho más condicionado. Yo me siento mucho más libre y adoro cuando diseño hoteles. Ahora mismo estoy haciéndolo en una cadena que va a ser otro hito en la arquitectura madrileña; la cadena Room Mate, de la que ya he diseñado el Mario y el Laura. Ahora voy a diseñar Oscar en la plaza Vázquez de Mella, y va a ser el edificio más vanguardista y de concepto más fresco, más joven y más dinámico de todo Madrid. Estamos apostando mucho por esas corrientes.

Pero hago conceptos bastante dispares. Trabajo en un hotel en Marrakech; el norte de Marruecos es actualmente un país en expansión, maravilloso, y estoy haciendo un hotel en el norte, en Asilah. También estoy preparando con promociones de viviendas en Tánger, un campo muy emergente. Y hago, desde cosas muy futuristas –perdón, muy contemporáneas- en el centro de Madrid, hasta en provincias españolas o en el extranjero.
¿Existen unos principios básicos cuando se diseña un restaurante?
Hay unos principios, pero éstos los definen las necesidades del proyecto. Están condicionados por el uso que se le va a dar, a quién está destinado… esas variables establecen que tengan unos niveles de confort a mantener, como también el tipo de restaurante que es, el tipo de comida que se va a servir en él o el chef que lo va a llevar… esos son los condicionantes iniciales de un proyecto.

A partir de ahí se inician las conversaciones, se elaboran las bases del proyecto, se hace el anteproyecto, se da forma a esas ideas, y luego se desarrollan. Yo no soy impositivo a la hora de proponer mis proyectos, sino que me encanta que el cliente participe, que se sienta muy arropado y parte fundamental del proyecto.

Actualmente ¿Se valora a partes iguales la cuestión diseño con la cocina?
Sí, puede llegarse a un tándem 50/50. Puede ser. Aunque ahora mismo el arma de un restaurante es la comida, y, sobre todo, el chef. Estamos en la época de las tendencias, de los autores… Así pues, el autor de un restaurante es en parte el diseñador de un espacio, pero el alma es el cocinero. Hablamos de vinos de autor, guisos de autor… yo acabo de diseñar el primer edificio de autor. Es un tema que, en este momento, influye mucho.
¿Cuáles van a ser las principales tendencias de futuro en cuanto diseño de interiores?
Se está imponiendo, obviamente, la vanguardia. Se está destronando un poco esa inspiración decimonónica, tiesa, marcada, palaciega y ahora acudimos a espacios mucho más frescos, más jóvenes, más potentes. Lo fundamental es innovar. A mí me encanta mezclar materiales, hacer sugerencias al pasado, pero luego combinarlas con elementos rabiosamente contemporáneos como el metacrilato. Yo creo que la tendencia viene por esa composición, esa coctelera agitada que da lugar a una mezcla sugerente.
¿Cómo ve su futuro en el mundo de la hostelería?
Ahora mismo mis planes futuros llegan de la mano de la cadena Room Mate, con los hoteles que estamos desarrollando en Madrid, en Lisboa, y Tánger. La expansión también viene por México. Además estamos planteando el desarrollo de un local en Madrid que va a tener un guiño a lo cañí, a lo español, al torero y la peineta, que se va a poner de rabiosa actualidad y lo vamos a presentar próximamente. Estamos haciendo también viviendas privadas y mucha tienda relacionada con el mundo de la moda. Con los grandes diseñadores: Fun & Basics, Vitorio & Luchino, Javier Larrainzar, y también presentación de eventos, etc. No obstante, los proyectos de hostelería ocupan el 75% de mi tiempo. El resto son viviendas, y otros proyectos.

Ana I. García

La trayectoria de un Arquitecto Nocturno
El año 2000 constituyó una fecha clave en la trayectoria de Tomás Alía como diseñador de interiores. Su particular ‘efecto 2000’ arrancó con el Premio Nacional de Arquitectura, otorgado por el Ayuntamiento de Madrid por el Larios Café, que lo convirtió en uno de los nombres de referencia a la hora de acometer el diseño de los locales de moda de la capital de España.

Lo que vino después fue una consecuencia lógica no sólo de este premio, sino de toda una carrera dedicada a dar una identidad diferente al interior de los locales, establecimientos y viviendas: promoción y reconocimiento. La revista Telva lo seleccionaría como uno de los mejores decoradores de la historia; mientras que otras publicaciones como Wall Paper, ABC, El Mundo, Ell Deco, Marie Claire, Hola, etc., le reservaban un lugar relevante en sus portadas, si no la portada entera. La firma Luis Vuitton, dentro de su guía, lo elegía Diseñador del Año en 2002, 2003, 2004 y 2005; en su 50 Aniversario, Il Corriere Della Sera lo declaraba el Arquitecto Nocturno a contratar para estar de moda…

A entrevistas y reportajes se sucedían encargos que llegaban uno detrás de otro. Pero eso no significaba que Alía no dispusiera de tiempo para dedicarse a otros menesteres, aparte del diseño de interiores. De hecho, la docencia ocupa parte de sus esfuerzos, en los que compagina su labor creadora con la formativa, como profesor de Master en la escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid o en el Instituto Europeo di Design.

En cualquier caso, estéticamente hablando, el mundo de la restauración comercial está en deuda con Tomás Alía. De su mano han salido conceptos como el Restaurante Mood, el Restaurante Zaranda, la Heladería Bajo Cero, Moma 56, la discoteca Cool, Bangaloo… Y no sólo la restauración: Vittorio & Lucchino, Javier Larrainzar, la Pasarela Cibeles, incluso la Casa Real Española –Alía diseñó el recorrido Madrid Contemporáneo de Gran Vía, preparado con motivo del enlace de los Príncipes de Asturias- han contado con los servicios del diseñador para cambiar la cara de tiendas, eventos, o actos que les han marcado. l A.I.G.

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