El objetivo de este acuerdo, que se mantendrá todo el año, es ofrecer un producto turístico de calidad que sea imagen de la hostelería española a nivel internacional e instrumento de la política turística del Estado.
Bajo este proyecto se analizarán unas 150 muestras al año, que incluyen, en el campo de la alimentación, carnes de vacuno, cerdo y cordero, derivados cárnicos, caza menor y caza mayor, pescado y marisco y jamón ibérico, además de variedades de café, aceite de oliva, lácteos, frutos secos y conservas vegetales. Entre las muestras de productos no alimenticios que se analizarán figuran felpa, lencería de comedor y habitaciones, celulosas, productos de limpieza, colchonería y almohadas, entre otros.