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La industria de refrescos y zumos, optimista a pesar de la crisis

Aún así, la mayoría de los responsables consultados se muestran optimistas en cuanto al futuro tanto de las bebidas refrescantes como de los zumos.

Es evidente que cuando la situación económica familiar se complica, los primeros gastos que se reducen son aquellos que consideramos “prescindibles”. En este grupo se podría incluir, a excepción de casos particulares, el consumo de alimentos y bebidas fuera del hogar, que han seguido una tendencia descendente en los últimos meses. Y no son mucho más optimistas los datos que se refieren de manera concreta a las compras de productos de alimentación y bebidas por parte de los establecimientos de restauración en España. Así, según el estudio “Consumo Alimentario Extradoméstico en España: sector Hostelería y Restauración” el dato interanual correspondiente al tercer trimestre del año 2009 “muestra una caída del -7,1% anual en el volumen de estas compras”.

Una de las industrias más afectadas por la crisis en el ámbito de la hostelería es el de las bebidas refrescantes. Este canal de distribución es uno de los más importantes para la industria española de las bebidas refrescantes y a él se destina un tercio de los refrescos fabricados en España. Sirva como ejemplo que en el año 2009 se han fabricado en nuestro país más de 4.500 litros de bebidas refrescantes y que algo más del 30% se han dirigido al canal horeca. Sin embargo, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (Anfabra) “la situación económica actual ha cambiado los hábitos de los españoles y las familias tienden a reducir el gasto fuera del hogar, por lo que el consumo en hostelería se ha reducido mucho”. Tanto es así, que esta Asociación cifra el descenso de las bebidas refrescantes en el canal Horeca en un -10%.

Estilo de vida
Pero no todo es pesimismo. La mayoría de los expertos consultados apelan al estilo de vida propio del consumidor español para mirar al futuro con esperanzas de recuperación. “En nuestro país, somos muy sociales, la gente disfruta de su tiempo de ocio en bares, restaurantes, etc. De hecho, según datos de Anfabra, el 75% de los españoles afirma que prefiere tomarse un refresco fuera de casa y en compañía de amigos o familiares”.

Esta tendencia del consumidor, modificada momentáneamente por la situación coyuntural, y la compra de bebidas refrescantes en supermercados y grandes superficies (un canal al que se destina algo más del 60% de la producción), hace que esta industria goce de buena salud. Así, durante el pasado año se ha mantenido la producción de las bebidas tradicionales. Los refrescos de cola, naranja y limón, que siguen ocupando los primeros puestos de fabricación, han asentado su producción después de que durante los últimos años hubiesen experimentado un pequeño retroceso por el aumento de la oferta de nuevos sabores. Concretamente, apuntan desde Anfabra, “algunas de las categorías que más habían crecido durante los últimos años, como es el caso de las bebidas isotónicas, en 2009 han seguido aumentando su producción, pero de una forma más moderada, mientras que los refrescos con mayor crecimiento porcentual en años anteriores, como las bebidas de té, las energéticas o las de mezcla de sabores han visto frenado su ascenso y han tenido cierto retroceso”.

Por el contrario, continúa la tendencia que se viene observando hace varios años que señala a las bebidas sin gas y los refrescos light como los segmentos que más crecen. En particular, los refrescos light, que tienen entre 0 y 7 calorías, cada vez son más populares y representan ya la cuarta parte del total de bebidas refrescantes en España. Además, los refrescos sin burbujas también se caracterizan por una producción al alza y supone ya aproximadamente el 15% del total.

Es evidente, por tanto, que la industria de las bebidas refrescantes se caracteriza por ofrecer una amplia variedad de productos para que el consumidor pueda elegir lo que más le apetece en cada momento y lugar. Pero no sólo en lo que se refiere a sabores –sirva como curiosidad que para lanzar un nuevo sabor al mercado se pueden hacer entre 500 y 3000 pruebas- también son muy importantes los envases. Desde Anfabra se apunta que “actualmente, el material más empleado es el plástico PET que se usa en un 50%, seguido del metal con un 30% y el vidrio empleado en un 15% de los envases. En cuanto a los tamaños, se adaptan a las distintas necesidades, desde el familiar de dos litros, la lata de 33 cl o la botella de 20 cl que es muy típica de España y que se usa mayoritariamente en el canal de hostelería”.

Precisamente, es en la fabricación de envases donde más recursos se invierten en innovación, aunque no es en lo único. “La tendencia general se centra en la sostenibilidad, mejorando los sistemas de recuperación y reciclado. Al mismo, tiempo, se ha evolucionado hacia la optimización de recursos, tanto en la producción como en la distribución, para garantizar al máximo el respeto al medio ambiente. Se han adoptado medidas para reducir el consumo de energía, aplicar técnicas no contaminantes, reutilizar el agua gracias a depuradoras de aguas residuales, etc. Además, el sector ha sido pionero al participar en la creación de un sistema de reciclado y todos los envases de bebidas refrescantes son reutilizables o reciclables. Todo esto ha permitido a empresas del sector obtener la certificación AENOR en materia de gestión medioambiental” apuntan desde la Asociación de fabricantes.

Propiedades funcionales
Parece claro que tanto las empresas como los consumidores cada vez están más preocupados no sólo, por cuidar el medioambiente, sino también su salud. Así lo demuestra el hecho de que en los últimos años tanto en España como en otros países, se haya observado un aumento de la variedad de bebidas refrescantes que tienen propiedades funcionales. Según señalan los expertos “cada vez más, los ciudadanos valoran la calidad de los productos y sus valores añadidos, pero sin renunciar al placer de disfrutar de un buen refresco. Por ello, se aprecia un constante aumento en la diversidad de bebidas refrescantes con valores funcionales, que incluyen entre sus ingredientes zumos, vitaminas, minerales, etc. Los analistas mundiales indican que esta tendencia va a continuar y pronostican que seguirá aumentando la oferta de bebidas refrescantes con valores añadidos”.

En esta línea se encuentran la industria de los zumos. De hecho desde Grupo Pascual se asegura que “ aunque la crisis ha afectado más a los segmentos de mayor valor añadido como el zumo refrigerado, néctar con azúcar y zumos funcionales y al igual que en otras categorías de alimentación, la situación económica está provocando un trasvase de consumo hacia productos más básicos y de menor precio, el sector debe dar respuesta a la creciente demanda de productos sanos por parte del consumidor”. En este sentido, añaden “observamos una tendencia creciente hacia productos sin gas y con ingredientes naturales. Al mismo tiempo, las marcas clásicas cobran mayor relevancia, ya que son las que tienen mayor capacidad de innovación para adaptarse a las necesidades de los consumidores”.

Así, al igual que ocurre en los refrescos, también la industria de los zumos está en constante estudio de nuevas variantes de producto y sabores. “En hostelería el envase tiene mucha importancia y se utiliza habitualmente como un elemento diferenciador frente a la competencia y aunque los sabores más clásicos suponen la mayor parte de las ventas, es importante seguir sorprendiendo al consumidor, bien con nuevos sabores o bien con nuevos formatos para conseguir una experiencia de consumo más placentera y distinta de la que pueden experimentar en sus hogares” aseguran desde el Grupo Pascual.

En esta línea se encuentran las tendencias en la industria de los zumos. Especial relevancia tiene el mercado de los smoothies o bebida no alcohólica preparada a base de frutas totalmente naturales. Este producto se caracteriza por ser una alternativa energética, baja en calorías y grasa cuyo valor principal es el uso de fruta 100% natural sin ningún aditivo. Según aseguran desde INVO, uno de los principales fabricantes de Smoothies en nuestro país, “la crisis está haciendo que los retailers busquen nuevas fórmulas de negocio y estamos viendo que muchas grandes empresas que hace un año no optaban por tener smoothies en su cartera de productos, se están dando cuenta de que es un producto que puede ayudar a incrementar sus beneficios, tanto económicos, como de imagen de marca y cartera de producto, y eso el consumidor final lo sabe apreciar”.

Tanto es así que este sector que es en sí un nicho de mercado en España continúa creciendo año tras año aunque todavía está lejos de otros países vecinos. Así mientras en el Reino Unido el valor del mercado fue de 282 millones de libras en 2008 en España sólo alcanzó los 14 millones.

Sin embargo, la tendencia es el alza. Tal y como apuntan desde INVO “se está percibiendo un gran crecimiento del interés por el producto dentro del canal Horeca, ya que, los consumidores demandan productos más saludables y esto hace que los smoothies tengan muy buena aceptación en la hostelería y restauración”; incluso a pesar de tener el precio de un producto Premium respecto a otros zumos y bebidas. Debido a la gran cantidad de fruta que contienen, sería de esperar una bajada natural en las ventas de acuerdo a la situación económica actual y sin embargo “hemos notados que muchos consumidores que antes tomaban un menú del día típico, están optando cada vez más por un sándwich/ensalada y un smoothie” aseguran desde INVO.

Lejos de Europa
Aún así, las compañías productoras no olvidan que nuestro país está aún lejos de llegar a equipararse al resto de Europa en lo que a consumo de smoothies se refiere pero apelan al hecho de que beber este producto es una manera fácil y sana de comer fruta por lo que, dicen, continuará creciendo. De momento, en España se han encontrado con un primer escollo desde la OCU, que ha denunciado que los smoothies no equivalen a la fruta fresca. Según han publicado “aunque es cierto que casi su único ingrediente es la fruta, sin embargo, la publicidad de estos productos olvida que, con el procesado industrial, se pierde buena parte de sus cualidades y, por tanto, no equivalen a fruta fresca”.

Desde las empresas que comercializan este producto se defienden argumentando la importancia de leer bien las etiquetas de los productos para ver realmente de lo que están hechos, si contienen agua, si proceden de concentrados, si contienen aditivos, si la caducidad es de dos meses, etc. Ya que de ser así no es un smoothie fresco. Según argumentan desde INVO “en el Reino Unido la Food Standards Agency acaba de declarar que una botella de 250 ml de smoothie contiene dos de las cinco raciones necesarias al día de frutas y verduras”.

Por tanto, atendiendo a estos datos y a los nuevos hábitos alimenticios donde cada vez es más importante buscar productos saludables, parece que los smoothies tienen todavía un camino largo que recorrer en el mercado español. Además, existe como valor añadido la compra de fruta a proveedores locales. Esto asegura, por una parte, la calidad de la fruta, y por otra la reducción de las emisiones de CO2; una de las medidas que se toman como fórmula para reducir el impacto medioambiental junto con las innovaciones en packaging como el uso de botellas hechas de materiales reciclados, o papel reciclado para las botellas y cajas de transporte.

Parece entonces que tanto la industria de las bebidas refrescantes como la de los zumos y smoothies están soportando la crisis y, pese a la bajada en las ventas, esperan con optimismo tiempos mejores como lo demuestra el hecho de que no cesen de lanzar nuevos sabores o nuevos envases al mercado.

Curiosidades refrescantes
JEl 99% de los refrescos que se consumen en España se producen por empresas nacionales.

JEste año se cumple el 175 aniversario de la fabricación en España de las bebidas refrescantes (sifones y gaseosas)
JMuchas de las primeras bebidas refrescantes fueron creadas por farmacéuticos y se utilizaban para bajar la fiebre, tratar dolencias estomacales, acidez, o alteraciones nerviosas.

JEn algunos hospitales se distribuían gratuitamente a pacientes sin recursos y con el tiempo, la demanda de sus bebidas se amplió a las personas que podían comprarlas.

JEl primer paso que dio lugar a la elaboración de los refrescos modernos se dio a finales del siglo XVIII, cuando comenzó a utilizarse el término “soda” para denominar a una bebida elaborada a partir de agua, bicarbonato sódico y anhídrido carbónico.

JLa primera bebida refrescante “light” data de finales de los años 50 y que su desarrollo y consumo se popularizó en la década de los 60.

JEl anhídrido carbónico -las famosas burbujas de los refrescos con gas- además de proporcionar el sabor ácido y el cosquilleo en la lengua, también actúa como conservante y antioxidante.

JEl número de sabores ha aumentado un 48% en los últimos 5 años.

JLa temperatura ideal para servir un refresco está entre los 4 y 8º y es recomendable utilizar cubitos de hielo gruesos.

JPara disfrutar más de una bebida refrescante es aconsejable servirla en un recipiente abierto, vaso o copa de cristal transparente.

JPor la mañana es cuando más se disfruta de una bebida refrescante de naranja y a media mañana es cuando más se aprecian todos los matices de un refresco de cola.

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