El cartel estaba compuesto por importantes directivos de empresas de restauración españolas y norteamericanas, destacando la presencia de Roger Thompson, del grupo Darden, con un objetivo bien claro: poner a disposición del sector de la restauración moderna, modelos de negocio que marcan tendencia y casos de éxito de utilidad, para resolver algunos de los nudos gordianos que lo atenazaban y atenazan.
Fueron siete ediciones. Y hay que decir fueron, porque ciertas miopes posturas que afloraron en el ojo del huracán de la crisis abortaron su continuidad a partir del 2009. Algún día se valorará si ha hecho daño (o no) al sector ese predominio hegemónico de lo efímero, por parte de quien apostó por eventos similares de dudoso calado en el tiempo.
Y a los hechos nos remitimos. Durante siete ediciones se logró, como en ninguna otra plataforma de encuentro, un estilo y filosofía inéditos hasta el momento, vinculando directivos y brillantes profesionales, tanto en materia de alianzas estratégicas entre operadores y proveedores; como en plantear un I+d+I con propia identidad (para ello se contó con chefs como Paco Roncero, Joan Roca o Sergi Arola); o en confesarse públicamente en materia de pecados contra la optimización de la supply chain o poner de largo a la distribución especializada en foodservice; Y -!que paradoja!- hasta el ICEX tomó interés en las reuniones en la última edición, analizando la internacionalización de la restauración, con directivos de empresas tan representativas en dicha tarea como los representantes de la belga-americana Le Pain Quotidien o la alemana Vapiano. Se contó hasta con presencia del Culinary Institute of America, que aconsejaba a quien quisiera entrar en tan atractivo, como complejo mercado del foodservice en EEUU; y con una conferencia on-line con nada menos que Richard Schnieders, CEO del gigante Sysco, referente mundial en materia de distribución de foodservice.
Autoridades en la materia sí, que pasaron durante las siete ediciones, como Phill Romano, creador de Eatzi´s, la génesis del hoy triunfante Eataly y modelos de market-restaurant como nuestro mercado de S.Miguel; o Drew Nieporent, cuyos restaurantes en el Tribeca neoyorkino son centros de culto para nuestros directivos en España. También respondieron a la invitación de participar en las Jornadas empresarios europeos como Laurent Caraux, que pilota hoy una de las asociaciones de cadenas de restaurantes en Francia; o gurús a la hora de reconocer tendencias como Gretel Weiss, alma mater de la anual Summit del Foodservice europeo en Zurich, Peter Backman de Horizons en Reino Unido y, por supuesto, Jochen Pinsker de NPD-Crest, siempre arropado por Vicente Montesinos.
Es difícil averiguar si se volverá a re-editar las Jornadas Internacionales de Restauración. Muchas cosas han cambiado en la última década pero no puede decirse que a mejor; sobre todo en cuanto a conocer y digerir tendencias internacionales. Baste examinar la escasísima presencia española en la aludida Summit de Zurich donde, al menos, los pocos que han existido a ese evento han logrado pingües beneficios. Y es que mientras no se acabe con esa miopía que hemos denunciado, es difícil que saquemos provecho del benchmarking que se genera en encuentros internacionales; eso sí, solventes.
La restauración moderna en España, se lo merece. J
