Una vez dentro, la oferta de alojamientos vacacionales se reparte entre hoteles, villas y apartamentos, junto a zonas de ocio para los más pequeños, espacios para la diversión de los adultos, balnearios… y un amplio abanico en lo que a restauración se refiere; junto a los buffets de sus hoteles, restaurantes, de cocina tradicional o más actual, además de cafeterías. En unos u otros, la variedad de la carta está asegurada, con el común denominador de los productos de la tierra, donde se incluye su mar y la riqueza huertana.
Empezando por los buffets, tienen tres categorías. El de cinco estrellas, es el más exclusivo de Marina d’Or. Se trata del restaurante del balneario, y alterna la gastronomía con menús dietéticos y específicos para determinadas dietas que acompañan algunos tratamientos y programas. El cuatro estrellas se encuentra en la primera planta del hotel Marina d’Or con una oferta basada en la cocina mediterránea y compuesta por entrantes, platos, postres y bebidas. Y por último el de tres estrellas, en las plantas inferiores del hotel de la misma categoría.
En lo que a los restaurantes respecta, el completo reúne siete tipos de establecimientos con cocinas para todos los gustos, tanto nacionales como extranjeras. La marisquería Siete Mares está situada en el corazón de esta ‘ciudad’, con una decoración rústica y marinera y una carta plagada de buenos pescados y mariscos. La Arrocería El Faro se ubica en la parte más comercial, y en ella se puede disfrutar del arroz en multitud de elaboraciones distintas. En esta línea culinaria también se encuentra la otra arrocería, A Banda, con el Mediterráneo en el decorado, pero también en la orientación de la carta, donde no faltan arroces melosos, secos y caldosos, junto a una selecta variedad de platos. La exitosa cocina italiana, de obligada presencia en toda zona vacacional que se precie, la encontramos en el restaurante Il Peccato. Pasta, ensaladas, carnes, a disfrutar tanto dentro del local como en su terraza. Luego, La tasca El Rocío supone un viaje al sur, primero por el decorado y el ambiente y, una vez a la mesa, pro su cocina.
Para un picoteo o una comida más rápida, tiene el café Oporto, un restaurante funcional y moderno que alterna comida más elaborada con platos combinados. Y suma a éste el local Un mar de tapas, con una estupenda variedad de tapas para acompañar con vinos por copas. La combinación de la tradición y la modernidad están aseguradas en su carta.
Junto a esto, en el parque de atracciones Parque Aventura d’Or, cuentan con un área de restauración tematizada, con menús sencillos y pequeños refrigerios.
Y luego, las cafeterías de Marina d’Or. Una variada gama para todos los momentos del día, en las que también pueden picar algo o comer y cenar de manera informal.
Este complejo, dada su ‘complejidad’ (en el sentido de completísima oferta) valga la redundancia, ha sido y es todo un referente en lo que al turismo se refiere, y una empresa que continúa consolidándose en todos los mercados. En la actualidad, tienen en marcha un proyecto en Ecuador, en la ciudad de Guayaquil, Marina d’Or Park, un residencial con departamentos y villas para vivir, en un entorno con amplias zonas verdes y servicios. Y luego en Marruecos, donde construyen complejos en Tamesna, Marrakech y Tánger, todos ellos dotados de múltiples servicios, en un entorno de gran belleza, y residenciales pensados tanto para vivir como para disfrutar de unas vacaciones. JM.S.
