Pero a este monstruo de la hostelería los premios le sobran (aunque ni mucho menos los desprecia, por supuesto, es más los agradece como el que más). Pero para él, el mejor premio es seguir adelante con su imperio hostelero.
Entró por primera vez en una cocina profesional a los 13 años (como no le gustaba la agricultura se puso a ayudar a su abuela en el restaurante Cantábrico, de Lleida), y todavía hoy sigue estando al pie del cañón en cada servicio. Ha llegado a cocinar para más de 2.000 invitados en un solo banquete y por sus mesas han pasado personalidades de la talla del mismísimo rey don Juan Carlos I. Pero lo más magnánimo de su vida es su propia trayectoria profesional. De su mítico Forn del Nastasi, que fundó en la década de los 70, ha logrado erigir un grupo hostelero en el que caben desde salones para banquetes, hasta discotecas, pasando por la hotelería y la restauración clásica y tradicional. Ahora, el Grupo Nastasi lo dirige junto a sus tres hijos (Carmel, Pepo y Rubén).
Señor Lladonosa, este año ha sido galardonado con el Premio Nacional de Hostelería 2011 por la Fehr. ¿Qué supone para usted esta distinción?
En los tiempos que vivimos, de pesimismo general, este premio ha sido para mí un revulsivo que me hace seguir luchando en este mundo tan apasionado y a la vez tan complicado como es la hostelería.
Cuando era sólo un niño y empezó a trabajar en la hostelería ¿soñaba con llegar donde ha llegado?
De muy joven empecé a soñar, pero a estas alturas lo sigo haciendo cada día.
Maestro de maestros… ¿puede desvelarnos quién ha sido para usted su gran maestro?
En la profesión de cocinero y restaurador lo importante es trabajar al lado de varios maestros y coger lo mejor de cada uno. Yo lo hice junto a muchos grandes pero antes ni había cocineros mediáticos como ahora, ni había escuelas donde aprender el oficio. Afortunadamente, hoy en día tenemos grandes profesionales como Adrià, los hermanos Roca o Santi Santamaría. Por ejemplo, yo estuve aprendiendo en restaurantes de Toulouse (Francia). Trabajar allí fue toda una experiencia para mí porque en aquella época la cocina francesa era muy superior a la nuestra. Aquí en España eran tiempos de paella, canelones y pollo asado.
¿Qué consejos les da a sus tres hijos y seguidores de la saga hostelera?
Yo les pido constancia, trabajo, ilusión y honestidad y les digo que tienen que dar muchas horas de dedicación.
El Forn del Nastasi fue un revulsivo para la gastronomía lleidetana ¿Cómo ha evolucionado y cómo y dónde lo ubica hoy en el panorama culinario nacional?
El Forn ha sido y será para mí el mejor de mis establecimientos, con el empezó mi carrera empresarial y eso no se puede olvidar. De la década de los 70, cuando en este país empezaba la moda y la curiosidad para la restauración y la buena mesa, fueron unos tiempos muy reconfortantes ya que el cliente era muy agradecido.
Aparte de este restaurante, ¿a cuál más de su grupo le tiene especial cariño o apego y por qué?
La Fonda del Nastasi ha sido y es el establecimiento que más ha evolucionado.
Cada uno de sus negocios ¿tiene independencia culinaria o comparten cocina?
He tenido la suerte de rodearme de un gran equipo, que creo que es el éxito de cualquier proyecto. Cada establecimiento tiene sus responsables tanto en la cocina como en servicio, por lo que yo o mis hijos tenemos la tarea de reunirnos con ellos frecuentemente para analizar el trabajo y comentar los cambios de cartas, menús, ofertas, etc.
En el Grupo Nastasi encontramos la incorporación de hoteles y de discotecas ¿Cómo un hombre de cocina como usted llegó al negocio del ocio nocturno?
Mis hijos son los artífices de esta nueva aventura del mundo de la noche, que no se crea, tiene sus complicaciones y también sus compensaciones como negocio.
¿Cuál es el establecimiento de sus sueños o aquel que le gustaría haber abierto?
Mi sueño es abrir una cadena de restaurantes de comida catalana con la calidad de la cocina de nuestra tierra, llegando a todos los públicos, con nuevos sistemas de restauración rápida. Cuando soplen otros vientos intentaré involucrar a mis hijos, ya que yo hace años que creo en el proyecto.
¿Cree que la cocina hostelería lleidetana está demasiado a la sombra de otras regiones más mediáticas, culinariamente hablando?
Creo que la oferta de restauración de Lleida y provincia está a la altura de cualquier región.
Después del boom generado estos años por los cocineros mediáticos, ¿cree que todo volverá a calmarse o que ya nunca será como antes en la gastronomía nacional?
Creo que las cocinas mediáticas, con sus personajes al frente, ha aportado mucho a la cocina catalana y aquí se quedarán, al menos los que trabajen con seriedad honradez y respeto por algo tan importante para la humanidad como es la comida.
¿Echa de menos ponerse la chaquetilla y cocinar o sigue haciéndolo hoy día?
Cada día procuro estar, todo el tiempo que me permiten otras tareas, en la cocina y además con la misma ilusión de cuando empecé, para mí es un trabajo apasionante.
Isabel Acevedo
