A pesar de su juventud (todavía no ha cumplido los treinta), la carrera de Bel Coelho está avalada por stages en emplazamientos tan reconocidos como el que realizó en el restaurante D.O.M, del prestigioso chef Alex Atala, o su paso por el Culinary Institute de America (CIA); además de su estancia española en uno de los locales de más renombre de este país: el Celler de Can Roca, en el que su alma mater, Joan Roca, en la actualidad ve reconocida su labor con la máxima calificación de la Guia Michelín.
La chef brasileña Bel Coelho empezó su carrera a los 17 años dentro del restaurante Laurent Suaudeau, tras el que pasó a realizar un stage en la cocina de Fasano. Después de un año en cada sitio, decidió marcharse a estudiar al Culinary Institute of America, en Nueva York, al mismo tiempo que seguía ampliando su experiencia profesional dentro de las cocinas del restaurante Payard. Fue cuando terminó esa etapa, con 21 años, cuando entró a formar parte del personal del restaurante D.O.M, como asistente de Alex Atala. Fue después de esa etapa cuando la joven chef decidió que tenía que incorporar a su cocina elementos de una culinaria internacional de modo que pudiera diferenciarse de lo ya existente en Brasil.
Así, a los 23 años, Bel logró su primer puesto como primer chef en Madelleine para, desde allí, pasar a ser socia de Sabuji, una casa de cocina contemporánea. Durante este periodo, su capacidad para combinar en la cocina elementos brasileños, franceses, italianos y asiáticos conllevaron el respeto de la crítica y el premio Chef Revelación por el jurado de la revista Veja São Paulo en 2004. En 2006, Bel dejó Sabuji para viajar a Europa donde recaló, entre otros lugres, en el Celler de Can Roca, en Girona.
Restaurante propio
Pero, El Celler de Can Roca no era su destino definitivo. Tres años después llegaría la gran aventura para Coelho: la creación de su propio restaurante, Dui. Ubicado en el barrio denominado Jardins, emplazamiento donde se encuentran los mejores restaurantes y tiendas de Sao Paulo. El local no sólo significaba el debut de la cocinera al frente de su propio establecimiento, sino el de su socio Cristiano Almeida. Dentro de los distintos ambientes de Dui (un bar de tapas, un espacio principal, una bodega de vino, un jardín) se ofrece un menú que los propios dueños del local definen como casual y gourmet a un tiempo, fieles a la filosofía con que nació el local, cuyo nombre está inspirado en el oráculo del I-Ching, donde ‘dui’ es alegría, diálogos agradables y tiempos familiares mientras se come. Unas premisas que en Dui intentan hacerse realidad.
Y más todavía a través del más reciente proyecto de Coelho, enclavado dentro del propio restaurante: Clandestino. Un espacio creado para rememorar las comidas que la chef prepara en su casa, en sus reuniones de amigos.
Clandestino se pone en marcha una vez a la semana, sólamente una, los jueves. En la primera planta de Dui. Previa reserva, un grupo máximo de quince comensales tiene el privilegio de disfrutar de estas comidas más exclusivas, servidas en doce platos, donde se fusionan las técnicas culinarias más modernas, aprendidas de su trayectoria en el extranjero, unida a los sabores más cariocas. JI. Cano
