A la hora de generar un buen plan de negocio para tu restaurante, es esencial que empieces a pensar en cuál va a ser tu oferta culinaria. En este artículo descubrirás cómo hacer una carta de restaurante, o al menos diseñar los primeros platos para que ya puedas empezar a funcionar y poder presentarlos en una carta que atraiga y aporte esa primera impresión que buscas.
Parte de un público objetivo
Recuerda que el paso más importante que debes dar incluso antes de sentarte a pensar en los posibles platos está en qué tipo de personas quieres atraer a tu negocio. Qué tipo de restaurante quieres tener, y qué cualidades quieres que te hagan resaltar ante otras alternativas menos definidas de tu localidad.
Piensa en edades, poder adquisitivo, sexo y maneras de pensar y hacer.
Hay quien elige dirigirse a un público masculino de bajo nivel adquisitivo, que rodea los 50 años y que le gusta el fútbol, y en ese caso sería conveniente decorar y diseñar el restaurante acorde con esa premisa.
Otros prefieren un público objetivo mixto de alta categoría, personas de nivel adquisitivo medio-alto que tienen la costumbre de cenar todas las noches en un restaurante. Por supuesto, ahí la comida deberá de ser refinada, ligera y ser presentada con elegancia.
Es importante definirlo, incluso si tu intención es llegar a todo el mundo. Por ejemplo, si tu público objetivo fueran personas veganas lo tendrías muy fácil para destacar por encima del resto de alternativas, cuya selección de platos veganos suele ser muy limitada. Esto, además de atraer a los veganos de la zona, también atraerá a cualquier curioso, ya sea un conocido, familiar o amigo al que recomienden el restaurante.
Posibles públicos objetivo o buyer persona hay miles, solo es cuestión de que lo definas un poco antes de seguir.
Como ves, en cada caso habrá que tomar ciertas decisiones que definirán la identidad del negocio, y esa será la base sobre la que se asentará tu producto, la principal razón por la que esas personas volverán. También definirá muchos más elementos de tu negocio, como la decoración o el tipo de comunicación por redes sociales.
Decide los platos
Teniendo ya en mente el tipo de invitados que quieres en tu local y el ambiente que quieres, empieza ya a pensar en tus platos. Imagínate a los comensales degustando tu plato o, mejor, haz una cata privada de recetas que hayas preparado con personas de confianza que entren dentro de tu espectro de público objetivo, y escucha todo lo que tengan que decirte.
Conforme a todo lo que hayas aprendido hasta ahora, y quizás teniendo también en cuenta qué platos te saldrán más rentables, haz una selección y con ella ya tendrás los platos que incluirás en la carta. Ten en cuenta el poder adquisitivo medio de tu público objetivo y los precios de platos similares en tu estudio de mercado.
Por supuesto, sigue teniendo en cuenta si tu público objetivo se beneficiará de tener más o menos alternativas a su abasto. No es lo mismo una carta para una pizzería italiana, donde un gran número de alternativas pueden ser interesantes, a un restaurante de menú cerrado.
Una vez tengas ya los platos decididos, tocará empezar la carta con un estilo concreto.
Diseña la carta
Según tu público objetivo, crea categorías donde estén los platos y define cada uno usando un lenguaje que resulte comprensible y cercano, sobre todo para el cliente al que quieres llegar. También, procura que el diseño de tu carta sea legible y no hagas experimentos con el fondo: mejor si es de un color plano (preferiblemente, blanco). Por supuesto, recuerda que es obligatorio incluir cualquier información sobre alérgenos en cada plato, indicándolo tal vez con iconos y una leyenda a un lado.
Todo el diseño gráfico de la carta dependerá de la imagen y colores de tu marca, así como el estilo del local.
Siguiendo con el ejemplo de la pizzería italiana, es habitual en las cartas de estos restaurantes poner el nombre de la pizza o la pasta en italiano, para darle ese toque exótico que la gente viene a buscar. Los colores que se suelen usar en estas cartas son el verde, el rojo y el blanco (el color de la bandera italiana).
Otros restaurantes prefieren centrar sus diseños en el nombre y colores de la marca. Por ejemplo, un restaurante especializado en mariscos llamado «Mar Azul», sería casi obligatorio que tuviera el color azul resaltando las categorías por toda la carta.
En general, nuestra recomendación es que recurras a profesionales a la hora de diseñar tu carta. Verás que la inversión vale la pena. Ante todo, siempre es importante que sigas una línea de estilo bien definida. Si tienes dudas, siempre puedes hacer una consultoría sobre branding con un especialista que te guíe durante el diseño.
Añade fotografías
No siempre es importante, pero a veces algún plato es difícil de imaginar o sientes que no atrae suficiente a los clientes, y es una pena que pierdan la oportunidad de catarlo, sobre todo si ese es uno de los más rentables para ti. Ahí entra la posibilidad de destacar y promocionar platos, haciéndolos más atractivos al añadir alguna fotografía de alta calidad (hecha por un profesional) en la carta. Como decíamos, todo dependerá también de tu público.
Otra recomendación bastante habitual también es añadir siempre una fotografía en los postres.
Originalidad
Si quieres resaltar aún más frente a la dura competencia, apuesta por el uso de nuevas tecnologías o busca alternativas de presentación que hagan la vista más memorable para tu cliente ideal.
Cada vez más restaurantes adoptan nuevos métodos para hacer la presentación de su carta. Por ejemplo, algo que se podría esperar encontrar en un restaurante vegano pensado para jóvenes sería consultar la carta mediante código QR, ahorrando así el papel y el plástico.
A veces también se puede jugar incluso con el material y el soporte de la propia carta. Puedes usar un papel craft si cada con la filosofía de tu marca, o una paleta para pizzas si tienes una pizzería y quieres transmitir mayor categoría en la primera impresión.
Otra opción que funciona en algunos restaurantes, tal vez más tradicionales y céntricos, está en tener la carta ya impresa en el propio mantel, así el camarero se ahorrará tiempo y podrán pasar directamente.
Como ves, tienes muchas opciones a la hora de pensar en cómo hacer la carta de tu restaurante. El único límite estará en elegir bien a quién te quieres dirigir y en tu capacidad para diseñar toda la experiencia (o en la habilidad de los profesionales que contrates para definirlo).