Ubicado a pocos metros de la catedral de la ciudad, Café con Dios ofrece una atmósfera apacible que invita a la charla, sin televisión, con música católica y evangélica de fondo y publicaciones católicas a mano, incluida la Biblia.
El menú del local hace uso del nombre de los doce apóstoles para sus cafés. Así, un cortado es “un Pedro” y un chocolate caliente “un Judas Tadeo”.
Por “Paz” hay que entender café y croissant. Los sándwiches tienen los nombres de los diez mandamientos: uno de jamón y queso se llama “amarás a Dios por encima de todas las cosas”.