Isabel Piñol y Jordi Roure, este último se ha estrenado en el cargo como si hubiera sido presidente de Hostelco toda su vida, condujeron la nave ferial a buen puerto con la inestimable ayuda de una profesional tripulación que satisfizo a los pasajeros-visitantes, los cuales tuvieron un extraordinario guía en José María Rubio y demás directivos de Fehr.
Hostelco ha salvado los muebles gracias a la madurez empresarial de convocantes y convocados. Pero es tiempo de cambios y hay que llevar el barco al astillero para algunas mejoras. Pese a que hay que reconocer su capacidad de diálogo y cooperación con agentes dinamizadores como RESTAURACIÓN NEWS, antes y después de la feria, la animación del certamen se queda corta: se abandonó Gastrovisión y desapareció el Forum de las Estrellas; las interesantes novedades de Hotel Universe y Cocina Advance, pasaron inadvertidas por una mala ubicación, y muchos de los expositores o no aportan dramatizaciones o se pasan con vociferantes chefs asando más cochinillos que en Segovia.
Hay que calafatear bien las cuadernas de Hostelco para que pueda atracar en esa nueva estación marítima que es Gran Vía 2. Un recinto ferial tan bueno como el de Ifema y que no se entiende cómo no ha sido usado en esta edición. Expositores y visitantes se lo merecen.
