Así, el primer propósito versaría sobre cómo sustituir la verticalidad jerárquica por estructuras más planas en estios negocios, es decir, cómo lograr un trabajo en equipo compactado y alineado a los objetivos de la empresa.
Mientras, el segundo reto sería valorar los puestos de trabajo en función de los resultados y no por la fidelidad de cada empleado a su puesto; y el tercero estaría enfocado a buscar fórmulas reales que contemplen conciliar la vida familiar y la laboral.
Según palabras de la directora de recursos humanos de Linkers, Marianela Olivares, “un sector con unos horarios tan largos y exigentes necesita de una buena conciliación laboral y personal para un correcto desarrollo del trabajo y sus funciones”.
El cuarto objetivo implicaría gestionar el personal y sus salarios y bonus de una forma beneficiosa para la empresa mediante una motivación tangible. Para conseguirlo, el empresaria debería llevar una contabilidad de la información de las ventas ordenada y al día.
Asimismo, deberían utilizarse eficientemente las nuevas tecnologías como medio de visibilidad y captación de venta a todos aquellos clientes que escapan del radio físico-geográfico del negocio.
Por último, los empresarios hosteleros tendrían que fomentar y aplicar una formación continua que respondiese a la necesidad de actualización y evolución de los puestos de empleo actuales, y considerar, a su vez, la formación como un factor de rentabilidad empresarial y no como un gasto.