Un imperio donde nunca se pone el sol

Poco sabía Berti en 1963, cuando se iniciaba en el equipamiento de foodservice con la compra y expansión internacional de Comenda, y en el que se iba a mover con la marca paraguas Ali, que iba a quedar fascinado con este ingrato y complejo mundo. Ambos calificativos ganados a pulso por empresas familiares que nunca han podido o sabido crecer y, por consiguiente, con producciones cortas para sectores donde cadenas de hoteles y restaurantes respiran mediante global brands.
Quizá fue eso lo que llevó al patrón de Ali a irse a finales de los ochenta con su familia a Estados Unidos y no cejar hasta comprar, en 1991, Champion Industries, poseedora de un portfolio de marcas con las que cubría muchos sectores y áreas geográficas a la vez. La idea no debió ser mala, pues en cuanto pudo, casi quince años después, hizo lo mismo con Afe, la filial de foodservice de Aga, garantizándose la cobertura del mercado europeo al contar con quince marcas bien conocidas.
Si se analizan las 66 mega-marcas de Ali, uno puede preguntarse si no es buen ejemplo para una escuela de negocios, en materia de canibalización. ¿Cómo pueden mantenerse marcas y equipos que cubren similares clientes en idénticos sectores y en un solo país?
Pues resulta que es más fácil de lo que parece. Hay una filosofía de base que es la de dotar de identidad e independencia a cada marca y hacer de cada responsable un emprendedor al estilo Berti, partiendo de que, en origen, las políticas de compras (materiales y componentes) y de desarrollo de I+D+I van a tener denominadores comunes generadores de sinergias, conforme lo comercial y en eso los italianos son reyes prevalecerá sobre lo restante.
De hecho, Ali opera con el cross-selling como nadie. Además de disponer de una máquina para cada operación unitaria, modelo de negocio y correspondiente capacidad adquisitiva, sabe que a los gerentes de cada marca no les importa intercambiarse información.
Todo se deja a la libre competencia menos una cosa: la política financiera. Ahí Berti es el mayor dictador financiero, donde los haya. Todas las filiales deben reportar a la casa matriz los resultados de cada mes, los días 2 y 3 del siguiente al que se debe analizar, y los días 8 el resto de la información que se precisa en la central: Nada menos que un equipo de veinte auditores financieros se encargan de velar por la puntualidad y pulcritud de los datos.
Pero sólo así sabe que un grupo industrial puede no sólo subsistir en el sector del foodservice global, sino también crear doctrina a través de sus divisiones de llave en mano y de ingeniería. Tal es así que se encuentran equipos y marcas de Ali en Bora Bora nui, un poco lejos, por cierto del Hotel Bulgary en el Adriático.