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Restauración en Parques de Ocio

Tal es la situación en España, donde según distintas fuentes consultadas, podríamos contar con alrededor de 140 centros que son visitados por 33,5 millones de personas, las cuales dejan en ellos cerca de 650 millones de euros. De los 140, los cinco primeros suponen el 71% del negocio global.
En la promoción de un parque, suelen converger distintos intereses económicos, básicamente capitaneados por grupos financieros pero también por empresas privadas y públicas. En España, predominan las de ayuntamientos y autonomías, entre estas ultimas.
Pese a que como empresas de ocio, para fidelizar clientela, deben innovar permanentemente en el “core” de su actividad, los servicios de restauración constituyen un valor seguro, ya que suelen llegar a suponer hasta el 30% de los ingresos por visitantes, además de contribuir muy mucho a acercar los niveles de calidad ofrecidos y percibidos.
Y es que en un parque, los servicios de restauración pueden combinar armónicamente, unidades de QSR con restaurantes casual y de alta gastronomía; los tres tipos con carros móviles, kioscos y vending, si fuera preciso. Tipologías que aportan diferentes tipos de nivel de servicio: mesa, self, mostrador, buffet y free flow, para una clientela que, admitiendo su cautividad, puede acomodar su capacidad de gasto en restauración a la global de la jornada, eligiendo soluciones alimentarias acorde también a sus gustos, condición cultural-gastronómica e incluso religiosa. Claro está, si el parque es capaz de abrir al menos doscientos días al año y los visitantes permanecen más de seis horas en él.
En lo que se refiere a branding, existe en la actualidad un importante debate sobre si la gestión de los puntos de restauración deben ser hechos por el gestor del parque o bien hay que acudir a la externalización-concesión. Mientras unos defienden la unicidad de gestión (admitiendo las marcas externas en la periferia del parque) hay quien no le importa convivir con ellas, pese al riesgo de canibalización.
En Europa, Disney en Paris era partidario de la unicidad, pero con motivo de la ampliación-creación de nuevo recinto ha dado paso a la entrada de grupos de restauración como Flo. En España Terra Mítica en Benidorm ha asumido el reto abriendo sus puertas nada menos que a las enseñas de Eat Out y Comess Group.

España es cosa de tres
A nivel de grupos empresariales, tres son los que en España lideran este sector con, además, distinto origen, composición de unidades y enclaves. Si el decano puede ser Parques Reunidos porque su germen radica en el parque de Atracciones de la Casa de Campo de Madrid (1967), más joven es Aspro-Ocio (solo 17 años); pero, ambos son netamente multinacionales. El primero, en manos de la firma de capital riesgo británica Candover, posee 62 unidades repartidos en 7 países (principalmente) que atraen a 22 millones de visitantes anuales que se dejan cuatrocientos millones de euros, cifra espectacular, derivada de la adquisición en Estados Unidos de Palace Entertainment. El segundo, Aspro-Ocio, también manifiesta una voracidad internacional y con 39 unidades en ocho países (entre ellos España, Francia, Reino Unido y Finlandia) recibe ocho millones de visitas al año, que gastan en ellos 170 millones de euros.
Pero si estos tienen vocación internacional, en cambio Port Aventura ha preferido expandirse en Area Salou-Vilaseca de Tarragona, al igual que han hecho Isla Mágica en Sevilla, Terra Mítica y Terra Natura (también en Murcia) en Benidorm o el parque Warner en Madrid (hoy en la órbita de Parques Reunidos).
Agobiados por problemas financieros, Isla Mágica no acaba de definir su identidad, pese a recibir el 4 de agosto pasado el visitante número 11.000.000 desde que abrió en 1993. Cada año el apenas millón de visitantes cuenta con una oferta de restauración limitada a 1.200 plazas entre restaurantes (5), self (1) y bares-cafeterías (13).
Igual le pasa a Terra Mítica, que parece que no soltará lastre financiero hasta 2012 y que está recibiendo anualmente unos 1,2 millones de visitantes que permiten ingresos de cuarenta Millones de euros, de los que una parte se destina a consumos en un centenar de locales de restauración. Últimamente, ha apostado por un modelo de gestión más definido, de modo que, reduciendo gastos y autoproduciendo espectáculos, se limitará a atraer turismo nacional, creando zonas de libre acceso donde ha dado pie a que se implanten enseñas de conocidos grupos de restauración.
Así en la zona de Egipto, el restaurante Tebas, ahora conocido como zona City Walk, con 1.100 metros cuadrados de superficie ha sido el lugar elegido para que Eat Out haya abierto sendas unidades de Pans&Co, Pastafiore y Abassid Dönner Kebap. En Ocionía, también de libre acceso, el parque ha llegado a un acuerdo con Comess; este grupo multi marca y multi concepto ha decidido abrir la enseña Lizarrán en un local de cuatrocientos metros cuadrados.l Mario CAÑIZAL

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