Así, por ejemplo, Chez Jean es la conjunción de las virtudes de un convenience-store con un restaurante de servicio rápido, de forma que ya no hay diferencia entre formatos de retail y de foodservice. No en vano la concepción realizada por Saguez&Partners fue encargada por Relay (líder en kioskos de prensa) y Casino (la famosa cadena de supermercados que ha defendido siempre una buena oferta de restauración en y fuera sus locales).
Los restaurantes de corte italiano no podían faltar en una final como la de Les Palmes y Joe Carpa, (Palmes de bronce ) una neo-brasserie de Nantes los representa, si bien con la característica de basar su carta en una corta oferta de platos tales como carpaccios, tartares y carnes (“Tre cento venti”) a la plancha terminadas en la misma mesa del comensal.
Dos finalistas aportaban ideas de cocina internacional bien diferentes. Por una parte Koki representa a la oferta de food-shop de comida japonesa, donde los primeros platos se retiran de una cinta sin fin, pero que son los mismos que puedes comprar para take-away. En el otro extremo Schtwartz Deli es un homenaje a los restaurantes de Nueva York basados en oferta de comida de la cultura gastronómica judía.
Para dejar bien claro que la Francia gastronómica no baja la guardia, otros dos conceptos finalistas se basaron en lo esencial de su cultura: Rue Le Bec (Palmes de oro) es un multiespacio en Lyon, en donde se puede comer quesos, patés, panes de todo el país y, sobre todo, los platos de una cocina firmados por Nicholas Le Bec, lo cual es ya una garantía , a precios entre 6 y 19 euros los entrantes y a 15-16 euros los platos principales. Pero, si se quiere algo más original, ahí aparece B comme Bon en Dijon, donde sabrosas especialidades francesas son servidas en ‘bocaux’, una especie de frascos de vidrio que poseen la utilidad de que, cerrados, sirven de envases para llevar.
Y, si hablamos de vidrio, el séptimo finalista fue PB2 (Palmes de Plata) de Neuilly donde todo lo que se sirve de la carta, se hace en distintos tipos de soporte de vidrio, lo que ofrece singularidad e innovación a raudales.
El acto amenizado por ese eatertainment que es Daniel Majonchi, con la colaboración del Presidente de Leaders Club France, Pascal Petit (patrón de A Touts Vapeurs) fue una vez más una demostración de que, la restauración moderna en Francia no se rinde, pese a los problemas que atraviesa luchando con una nefasta situación económica y una crisis en las instituciones representativas, que está dibujando una nueva frontera para lo que deben ser los lobbies empresariales en ese país.
España, siempre ausente
Si bien este no era el lugar para que los conceptos españoles compitieran con los franceses, ya que existe otra convocatoria en la que podría intervenir y que hace unas semanas se celebró en Stuttgart, premiando al restaurante austríaco Indigo, causa cierta depresión profesional sentirse inferior, por incomparecencia, cuando en España hay modelos de negocio en ocasiones superiores a los que se presentan en estos eventos.
Preocupa que entidades españolas que en los últimos años se han acercado a Leaders Club, lo hayan hecho con un enfoque tal que puede tacharse de impropio de los que deben ofrecer, si quieren representar los intereses colectivos de la profesión.
La excepcional zona de Bercy Expo,y su teatro Merveuilleux, que rinde tributo a las antiguas diversiones de los parisienes, ha vuelto a reunir a la restauración moderna, con presencia de delegaciones europeas, para premiar al mejor concepto de restauración que el jurado que lidera Daniel Majonchi, ha seleccionado a lo largo del año y que ha llevado a premiar a siete empresas caracterizadas por la variedad, la localización en diferentes lugares de la Francia gastronómica, la orientación a los nuevos momentos y motivos de consumo y, como curiosidad, a la exaltación del vidrio en sustitución de la porcelana, para servir algunos platos.
