Entre los pisos 1 y 8, el Armani Hotel (más arriba, plantas 38 y 39 están las suites) y, en el 122-123, el recinto de At.Amosphere, un complejo lúdico gastronómico que, según Marc Dardenne, CEO de Emaar Hospitality Group, filial del grupo inversor-constructor del edificio, ha roto la concepción de esta actividad en un emplazamiento como Dubai.
El propio Gorgio Armani declaró recientemente “desde hace mucho tiempo sueño con tener un hotel en el que me gustaría alojarme y recibir a mi familiares y amigos, y donde la estética Armani se combine con la calidez y la hospitalidad italiana. Me alegra inmensamente abrir las puertas de Armani Hotel Dubai e invitar a mis huéspedes a experimentar mi mundo”.
Armani Hotel Dubai, con 160 habitaciones, es la primera incursión del diseñador en el mundo de la hotelería, siendo la viva expresión del estilista: Stay with Armani (Alójese con Armani), y de su lema “home-away from-home” (sentirse como en casa fuera de casa). El servicio, más allá de lo ordinario: a cada huésped se le asignan un Lifestyle Agent que pasa a ser su asistente personal desde el momento de la reserva hasta que realiza el check-out.
Los ocho restaurantes del hotel ofrecen cocina japonesa, india, mediterránea y refinada cocina italiana. Para descansar, las opciones incluyen el primer Armani/SPA en hotel del mundo; la boutique de alta costura Armani/Galleria; Armani/Dolci, una pastelería de lujo; y Armani/Fiori, una boutique de flores.
Mientras Armani ha apostado por ofrecer en su hotel un pool de restaurantes donde se reitera la típica presencia de restaurantes propios de un hotel de lujo, Emaar, que encargó el diseño a Adam Tihany -asociado al estudio One&only y, habiendo trabajado para Mandarin Hotels-, ha apostado por dejar crear a los chefs Dwayne Cheer y Uwe Faust, una carta muy simple de carnes y seafoods, preparadas y terminadas bajo las virtudes de una parrilla-grill, afortunadamente, procedente de una empresa catalana, Josper, líder internacional en equipar a los restaurantes de prestigio, donde hornos y parrillas suponen una alianza indisoluble.
Cierto es que una cocina a 442 metros de altura se sostiene mejor con carbón y electricidad que con gas, pero como señala Faust, “no estamos aquí para cambiar los gustos de nuestros comensales” ni, como comenta Cheer, “vamos a cambiar una filosofía culinaria que debe respetar el perfil étnico-multicultural de nuestros clientes”. Pero, carnes como las que forman parte de platos como el Usda Prime Angus Porterhouse (500 gr.), el Japanese Kobe Fillet (150 gr.) o el Australian Waygu Sirloin (450 gr.) saben a gloria observando la bahía y los malls de Dubai con un precio en carta que oscila entre 80-90 euros, mientras que una langosta a la brasa puede salir en 120 euros.
Y es que las opciones que ofrece el restaurante son dos: El Bar&Lounge de 120 plazas donde se puede comer por 40 euros y el restaurante propiamente dicho, donde el ticket medio alcanza los 70 euros para comer y los 90 para cenar.
El equipamiento hostelero ha sido básicamente montado por dos empresas MKN y Meiko sin menoscabo de que Josper se lleve la parte del león, por ser sus hornos-grill a base de carbón, el pilar sobre el que se sustenta el éxito del restaurante.
JRN
