Hasta el momento han sido un par de ellos, aunque el primero no ha resultado inmune a los efectos de la crisis económica y ha cerrado sus puertas. Pero el segundo… el segundo es otra historia.
Una historia ligada al viaje, al caminante: Camino Food & Drink, que ha sido inaugurado recientemente en la madrileña zona de Santiago Bernabéu. La interiorista reconoce que prefiere esta vertiente a la de la vivienda particular porque “me divierte”, dice. “Es una rama de negocio que deja más margen a la imaginación”.
Y con imaginación se hace realidad Camino, un proyecto que Lozano ya conocía de una etapa anterior y que le gustaba bastante a pesar de que, en su opinión, había que darle un toque de actualidad. Cuando toma las riendas del proyecto es lo que hace: convertir Camino en algo “muy cálido, a la vez que actual” donde entran en juego elementos como la amplitud de la zona de barras, o las mismas barras, curvas, que aportan un toque orgánico.
Inspiración
“Ellos querían poner en marcha un proyecto que tuviera que ver con el camino y los caminantes. Y la inspiración fue surgiendo sobre la marcha”, explica Marta Lozano que, aunque reconoce que le encantan ciudades como Nueva York o París a la hora de establecer tendencias de interiorismo, normalmente, al llevar a cabo uno en concreto, la inspiración va surgiendo sola y por otros derroteros.
Además, recalca la idea de que el hostelero, o el empresario, es más proclive a dejarla hacer en ellos.
“Se pueden ‘meter’ en algo, en algún momento dado, pero por lo general eso lo hacen más cuando te encargas de una vivienda. En un restaurante, por ejemplo, te dejan actuar aunque siempre buscando el mejor precio”.
Y en ese punto, Lozano no duda en afirmar que es posible contar en un local con un buen interiorismo sin necesidad de gastar cantidades astronómicas de dinero, sustituyendo materiales o recurriendo a algunas imitaciones que, aun así, ofrecen una excelente calidad. Un interiorismo que además debe servir al propósito de que el público se encuentre cómodo en el local.
“La diferencia entre hacerse cargo de la decoración de un local de restauración de otro tipo de establecimiento es que tienes que pensar en la comodidad que pueda demandar el cliente. Una tienda, por ejemplo, puede ser más fría, con más luz, para que el usuario pueda ver bien el producto que ofrece, mientras que un restaurante busca que el comensal se ‘quede’ más tiempo. El ambiente tiene que ser confortable y la luz más cálida. Aunque en cualquier proyecto lo más importante es eso último, la luz”, explica la interiorista.
Y si tiene que hablar de tendencias de futuro, tampoco duda al afirmar que “cada vez se llevan más las mezclas, tanto en diseño como en materiales. Y la tendencia va a seguir por ahí. Es posible que lo industrial tienda a desaparecer o a difuminarse un poco, a favor de lo ecléctico y el dar esa calidez de la que hablábamos antes a las cosas”. JAna I. García