
La familia Grosso Napoletano se estrena en la calle del Pez, 11 con su local más canalla y urbano, un espacio que apuntala la trayectoria de este joven grupo hostelero con un año y medio de vida y que ha basado su éxito en un concepto dónde la tradición y la originalidad son los pilares fundamentales.
Con un modelo de negocio basado en ofrecer auténticas pizzas napolitanas, a un precio razonable y en un entorno moderno y con estilo, esta nueva apertura de Grosso Napoletano refuerza su posicionamiento en el sector con uno de los conceptos más exitosos de los últimos tiempos en Madrid.
Así, sus deliciosas pizzas de masa elástica con harina de fuerza italiana, bordes gruesos y esponjosos, son también en su recién estrenado local de Malasaña, las protagonistas indiscutibles. Los ingredientes para su elaboración son frescos e importados desde Nápoles como la burrata, la mozzarella di búfala campana DOP, el prosciutto, el salame picante napoletano, la base de tomate San Marzano o la fior di latte.
Este nuevo restaurante, cuyo interiorismo, lo mismo que los anteriores, ha sido diseñado por Blume Estudio, cuenta como novedad con un horno de leña que ha sido construido por artesanos napolitanos en el mismo local. Por el contrario, en los restaurantes previos de Hermosilla, Santa Engracia y Gaztambide los hornos fueron importados desde Nápoles e instalados a cada una de estas localizaciones. En todos los casos se trata de un horno de leña de 2.500 kilos que se mantiene a una temperatura constante de 500 ºC desde que los pizzaiolos napoletanos lo encienden puntualmente cada día a las diez de la mañana para surtir al barrio de sus auténticas pizzas napolitanas.
Para ser considerada verace pizza napoletana, los pizzaiolos usan una finísima harina de fuerza tipo 00 que se fermenta durante 48 horas para darle esa elasticidad tan característica. Todo este proceso tiene como resultado unas pizzas de masa tierna y fina y bordes gruesos y esponjosos.