Por Gema Boiza
Apostar por equipos energéticamente eficientes ya ha dejado de ser una opción. Ahora se ha convertido en un factor imprescindible del crecimiento y el desarrollo económico de cualquier empresa, así como de su reputación interna y externa. Algo que no es ajeno al sector de la hostelería, donde el consumo energético es uno de sus gastos más relevantes.
Esto se debe a que tienen en sus establecimientos una maquinaria muy variada con la que, entre otras cosas, cocinar sus platos, iluminar sus salas, limpiar sus vajillas, enfriar y congelar sus productos o lograr una temperatura óptima tanto en verano, con aire acondicionado, como en invierno con calefacción.
De ahí que la eficiencia energética pueda considerarse ya un motor de rentabilidad para el sector. No hay duda de que la eficiencia energética es una ventaja competitiva tanto a corto como a largo plazo para la hostelería». Así de claro se muestra Rafael Olmos, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Fabricantes de Maquinaria para Hostelería, Colectividades e Industrias Afines (FELAC), cuando le interrogamos sobre la conveniencia de ser eficientes desde un punto de vista energético en el sector.
«Precisamente en estos tiempos en los que estamos asistiendo a una escalada del precio de la electricidad [entre un 30 y un 40% según cifras de Hostelería de España] es importante que los establecimientos de hostelería valoren la adquisición de una maquinaria más eficiente energéticamente que consuma menos», sostiene el directivo.
Eficiencia energética, ahorro económico y de ‘malos humos’
Un menor consumo que obviamente tiene como ventaja directa un ahorro en la factura de la luz y una menor exposición a la volatilidad del precio de la energía -mala compañera en cualquier contexto- que además va mucho más allá.
¿Por qué? Porque al dotarse de maquinarias energéticamente más eficientes la hostelería protege al medioambiente al reducir sus emisiones de CO2 a la atmósfera. Y también las de otros gases de efecto invernadero. Eso contribuye -recuerda Olmos- a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
A eso se suma que «la inversión realizada en equipos energéticamente eficiente es amortizada en poco tiempo», apostilla el directivo. Ventajas que se suman a muchas otras que en Mab Hostelero hemos identificado y exponemos a continuación.
Más productividad, mayor competitividad
Y es que al contar con maquinaria energéticamente eficiente la hostelería está apostando por reducir sus costes de operación y mantenimiento. Con esto incrementan su productividad y competitividad.
Y esta ecuación da como resultado mayor estabilidad y crecimiento sostenido. Además, tal y como lo señalábamos al inicio de este reportaje, la eficiencia energética mejora el rendimiento y el bienestar de los trabajadores.
Atracción y retención del talento
¿Por qué? Porque un trabajador que desempeña sus labores profesionales en un entorno confortable y en una empresa que vela por su salud, por la de sus clientes y por la del planeta tendrá indudablemente un mayor compromiso con su empresa.
Y esto se traduce en un mayor rendimiento, en un factor de atracción y retención de talento. Y, por tanto en una menor rotación del personal, siendo esto último uno de los caballos de batalla de la hostelería en España.
Más reputación = mayor fidelización.
Hay más. Las empresas que apuestan por ser eficientes energéticamente hablando generan una mayor reputación entre el público. Esto, en un momento en el que el consumidor cada vez está más concienciado sobre la importancia de ser sostenible y hacer el menor daño posible al planeta, tiene una directa recompensa: mayor fidelidad de clientes y mayor capacidad para captar nuevos.
Con este telón de fondo no es de extrañar que cada vez sean más las empresas hosteleras que eligen maquinaria energéticamente eficiente. Buscan que tengan programas y aplicaciones que permiten, por ejemplo, la conservación de los alimentos o el control de los tiempos de cocina.
Opciones para ganar en eficiencia energética
Las posibilidades de fomentar la eficiencia energética y la sostenibilidad en el sector son muchas más. ¿Ejemplos? Apostar por un suministrador de gas y electricidad que trabaje con fuentes de energía renovable, mejorar las instalaciones eléctricas cuando proceda, y elegir fuentes recicladas, renovables o certificadas para los envases con los que trabajen. Esto deben, por un lado, cumplir las medidas se seguridad alimentaria y, por el otro, ofrecer una experiencia diferente al cliente.
Son también muchas las empresas hosteleras que ya reutilizan el aceite de cocina para producir biodiésel. Y también las que defienden un diseño de sus locales elaborado a partir de medidas constructivas e instalaciones eficientes en sus equipos de cocina, iluminación y climatización. Reciclar envases de cartón, papel, latas y briks y gestionar los residuos también forma parte ya del ADN de muchas firmas del sector.
Y afortunadamente ya empieza a ser común también ver compañías hosteleras que apuestan por dotar a sus instalaciones de puntos de recarga para los coches eléctricos. Algo de lo que pueden presumir, por ejemplo, McDonald’s y Burger King, gracias a los acuerdos alcanzados, respectivamente, con Endesa y EDP.
Eficiencia energética, oportunidad para los fabricantes
No es de extrañar, por tanto, que la eficiencia energética sea una oportunidad para los fabricantes de la maquinaria del sector.
«Los fabricantes tienen un compromiso cada vez más decidido y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que se plasma en el desarrollo de maquinaria que consume menos; en la fabricación de productos siguiendo criterios de ecodiseño para favorecer aspectos como su reparación, prevención de la generación de residuos, reciclaje o aprovechamiento de materiales; y en la adopción de estrategias de economía circular, haciendo que los residuos sean devueltos al circuito productivo como recursos», sostiene Rafael Olmos.
Según recuerda el directivo, existe ya una normativa europea de ecodiseño para determinados grupos de productos relacionados con la energía, que se concreta en reglamentos específicos de diseño ecológico y etiquetado energético. Su objetivo es, principalmente, incentivar a los fabricantes a mejorar la eficiencia energética de sus productos y alentar a los usuarios finales a comprar productos energéticamente eficientes.
La refrigeración comercial, en cabeza del pelotón
Sin embargo, hasta el momento, en el ámbito del equipamiento para hostelería el único sector regulado por esta normativa es el de la refrigeración comercial. Y es que desde 2016 es obligatoria la etiqueta energética para armarios de conservación refrigerados. Y, desde hace unos meses, para algunos equipos con función de venta directa.
«En ese ámbito la sustitución de los gases refrigerantes fluorados por los hidrocarburos, que tienen un impacto prácticamente nulo en el calentamiento global, así como el aumento del espesor de los aislamientos, la optimización de los sistemas frigoríficos y la utilización de componentes altamente eficientes contribuyen a mejorar la eficiencia energética de los equipos de refrigeración de uso profesional», matiza.
Modo eco, un habitual de la maquinaria de hostelería
En la maquinaria de hostelería es también habitual el modo eco, que se activa en periodos de inactividad. En la maquinaria para lavandería industrial se consiguen ahorros en consumo de energía y agua gracias a sistemas de reaprovechamiento de ambas cosas.
«La industria española de maquinaria para hostelería avanza en el camino de la sostenibilidad realizando una importante apuesta por la eficiencia energética a través de sus departamentos de I+D+i. Ponen todo su empeño en desarrollar productos que consumen menos, como equipos de refrigeración, lavavajillas, hornos, campanas extractoras, freidoras, máquinas de café o lavadoras industriales de ropa», dice Olmos.
Actualmente y según sus cifras, el producto español elaborado por estos fabricantes es altamente apreciado en el exterior. Su volumen de exportaciones supone ya el 48% de las ventas.
Ayudas europeas y plan RENOVE
De ahí que para dar aire a los fabricantes del sector y éstos puedan ofrecer maquinarias más eficientes desde un punto de vista energético, el directivo recuerda lo siguiente: «Desde FELAC estamos pidiendo que se movilicen ayudas de los fondos europeos hacia nuestro sector para favorecer la modernización de la hostelería».
A su juicio también sería «necesario activar un plan Renove para impulsar la adquisición de equipamiento y maquinaria para hostelería con la última tecnología y eficiente energéticamente hablando», concluye. Camino por recorrer, hay. Dicho queda.