¿Es posible reinventar algo tan universal como el agua? A juzgar por los resultados económicos de Liquid Death, una startup americana que se dedica a producir y comercializar agua enlatada, vaya que sí.
Con más de 267 millones recaudados en rondas de financiación de venture capitals, el caso de esta empresa es digno de estudio en las facultades de marketing de todo el mundo.
Pero vayamos por partes: ¿qué es Liquid Death? Por explicarlo rápido, Liquid Death es una compañía en cuyo corazón hay una premisa: vender agua que parezca ‘cool’, con un packaging más propio del merchandising de una banda de heavy metal o una bebida energética de alto voltaje.
Esa identidad ‘gamberra’ (su propio nombre, Muerte Líquida) es obra de Mike Cessario, el publicista creativo que cofundó la empresa con una intención clara: conseguir crear una bebida saludable que compitiera en el mismo espectro que refrescos como Coca Cola, Pepsi o las bebidas alcohólicas como la cerveza.
Liquid Death: agua en latas de aluminio reciclables
Este fue el origen de Liquid Death, una compañía de bebidas que tiene como objetivo «asesinar tu sed» con sus ofertas de agua y té, al mismo tiempo que busca darle «muerte al plástico» sirviendo sus bebidas en latas de aluminio reciclables, haciendo que la sostenibilidad sea otra pata muy explotada con : el 80% de las botellas de agua de plástico terminan en vertederos y tardan hasta 1,000 años en descomponerse.
Donde otras marcas ven Escandinavia, manantiales puros y música de Enya, Cessario visionó Iron Maiden, humor negro y una irreverencia que está consiguiendo atraer la atención de inversores como Science Ventures: su CEO Michael Jones, le dijo a TechCrunch que su firma “no estaba interesada en involucrarse activamente en el sector de bebidas”, pero respaldó a Liquid Death debido a su “potencial para desestabilizar a los jugadores tradicionales como Pepsi y Coca Cola”.
«Estábamos buscando compañías culturalmente relevantes con productos más saludables que redefinieran una categoría cansada y antigua», explicó Jones. Su equipo de inversión consideró a Liquid Death como «una marca superdisruptiva».
En foodservice, multitud de cadenas de restauración como Furious Ramen (en Chicago) ya están aprovechando para incluir en menú esta bebida que de momento no ha dado el salto a Europa, pero cuyo avance imparable.
Fuente de la noticia: TechCrunch