Arkose es el nuevo espacio de Madrid que apuesta por una combinación de escalada, gastronomía y diseño sostenible. El edificio, ubicado en la Calle de Leñeros 4 del barrio de Tetuán, tiene una extensión de 1.000 metros cuadrados y ha sido cuidadosamente diseñado con baja huella de carbono para ofrecer una experiencia única a todos sus visitantes.
La compañía es referente en el negocio de los rocódromos en Francia, abrió su primer local en 2013 y ahora gestiona 21 rocódromos en el país vecino y Bélgica. La facturación de la empresa alcanzó los 35 millones de euros en 2022 y tras su llegada a la capital, piensa seguir creciendo en nuestro país aprovechando el creciente interés por la escalada.
Sus 4 cofundadores, Grégoire de Belmont, Steve Guillou, Samy Camarzana y Lyes Mekesser, comparten: «Hemos estado buscando abrir un Arkose en España desde 2018, pero queríamos replicar las razones del éxito de nuestro concepto en Francia: ubicación céntrica, ambiente acogedor, calidad de la escalada para principiantes y expertos y, por supuesto, ¡una cantina gastronómica para todos! La pandemia casi ha comprometido nuestro proyecto, es por eso que hoy estamos muy contentos de poder cumplir este sueño de dar vida al concepto Arkose en Madrid».
La cantina de Arkose, cocina casera gourmet y responsable
Arkose combina el deporte, el estilo de un lugar de moda y la arquitectura industrial de un loft. Bajo este concepto, encontramos diferentes espacios dentro del edificio: la zona de escalada, la zona chill o de co-working y, lo que más nos interesa, la cantina.
La cantina ofrece cocina casera gourmet de temporada con productos locales. Su gastronomía cuenta con productos de proximidad, de granja y carne de ganadería extensiva que respeta a los animales. La apuesta por la cocina responsable se ve también reflejada en sus bebidas. De hecho, el rocódromo ha creado su propia cerveza artesanal, Oskare.
En su menú podemos encontrar desde tapas típicas de la gastronomía española (como la ensaladilla rusa o la tortilla de patatas) hasta platos de influencia asiática como el karage (pollo marinado crujiente) o el curry Thai rojo de garbanzos. También destacan sus deliciosas burgers, con opción vegana incluida.
Este restaurante de barrio abierto a todos, está cuidado hasta el último detalle, desde el ambiente acogedor y relajado decorado con un mural contemporáneo del artista Salvaje Selva, hasta la experiencia gastronómica única con productos cuidadosamente seleccionados.
