por Clara Román
Madrid está viviendo una auténtica revolución gastronómica y esto es un hecho que se aprecia diariamente con la apertura y llegada de nuevos conceptos y restaurantes que vienen a ofrecer algo diferente al público gastro de la capital.
Un ejemplo de esto es Oribu, un destino único en Madrid, ubicado en la calle Marqués del Duero, 6, a pocos pasos de la céntrica Puerta de Alcalá. Oribu destaca dentro del panorama gastronómico madrileño por su cocina japocastiza y sus brasas, que son protagonistas de la mayor parte de su oferta gastronomía.
Hemos tenido la oportunidad de charlar con Diego Ruiz, director de Oribu, quien nos ha hablado en profundidad de la propuesta del restaurante y de sus inicios.
Así, Oribu es el sueño hecho realidad de una pareja que, tras cerrar un restaurante que dirigían en Barcelona, decidieron mudarse a Madrid y emprender este negocio “con una propuesta totalmente diferente a lo que ya se había hecho antes”, en palabras de Diego Ruiz.
Una fusión entre Japón y Madrid
Lo que destaca del concepto son sus brasas, ya que son el eje de esta propuesta. De hecho, todas las mesas de Oribu disponen de una brasa, diseñada y patentada por el equipo del restaurante, por lo que es única en el sector.
Partiendo de este elemento diferenciador, plantean una carta que gire en torno al concepto de las brasas unido al de la cocina japocastiza. Así lo cuenta Diego Ruiz: “Normalmente si pensamos en cocina japonesa automáticamente nos viene a la cabeza el sushi, los makis, los niguiris, etc. Pero nosotros queremos ir hacia otro lado con nuestra oferta, que es una fusión entre Japón y Madrid”.
Así, esta fusión entre gastronomías da como resultado platos únicos como el ramen de cocido, el nigiri invertido con socarrat o el tamagoyaki de rabo de toro, entre muchos otros.
Para la elaboración de sus platos, Oribu usa proveedores locales de España y también internacionales cuando lo precisan. Según Diego Ruiz: “Nos garantizan que nuestro producto venga certificado y sea de la máxima calidad”.
Dentro la propuesta, destaca también su aclamado Wagyu beef, un tipo de carne de alta calidad y de alto reconocimiento en Asia, certificado y, en este caso, traído desde Japón. Wagyu es una raza bovina de origen japonés que se distingue por su versatilidad culinaria y por unas aptitudes genéticas que implican la producción de un intenso marmoleado y la infiltración de grasa entre las fibras musculares que aportan sabor y jugosidad.
Un servicio profesional y de calidad
Al preguntar a Diego Ruiz sobre las claves indispensables de Oribu, el entrevistado no duda en asegurar que estas son “la excelente comida, un buen ambiente y un servicio de calidad extrema”. Acerca del ambiente, en Oribu han trabajado para ofrecer una decoración y una música que garantice un ambiente íntimo y acogedor, con una iluminación baja que invite a los comensales a disfrutar de su velada.
Así, el equipo de Oribu nos comenta que su restaurante es ideal tanto para una cena romántica como para una reunión de negocios, un plan de amigos o un evento corporativo.
Actualmente trabajan en el restaurant un total de 12 personas, entre cocina y sala. Sobre su personal, Diego Ruiz nos comenta que es un “equipo totalmente consolidado y con el que queremos seguir adelante, siempre tratando de favorecer el trabajo digno”.
El director del restaurante también nos comenta que el servicio es una prioridad absoluta y que funciona gracias a que el personal está altamente capacitado y comprometido en brindar a los comensales una experiencia inolvidable”.
Así, desde la recomendación de vinos para maridar los platos, hasta la atención a cada detalle de la comida, todo el equipo de Oribu se esfuerza a diario para superar las expectativas de sus comensales.
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Imágenes cedidas por Oribu.
