Por Sandra Rodríguez
En medio del paisaje sereno y apacible de Morata de Tajuña, un pequeño rincón de la Comunidad de Madrid, se encuentra un tesoro gastronómico que ha logrado lo impensable: poner a este modesto pueblo del sureste madrileño en el mapa culinario no solo de España, sino del mundo entero. Las palmeritas de Morata, una deliciosa creación de hojaldre, almíbar y azúcar, han catapultado a esta comunidad a la fama con su sabor exquisito.
A mediados del pasado mes de diciembre se celebró la sexta edición de la Feria que el Ayuntamiento de este municipio, tres días en los que se vendieron más de 120.000 unidades de este postre. Al año son más de 60.000 kilos de palmeras las que venden pastelerías como de la Torre, La Real, Paco-Pan, La Dulcería, la Panificadora Morateña, Conejo y El Carmen, cada una de ellas con una receta distinta que la hace única, especial y diferente al resto.
Fervor por las palmeritas: el origen
Toda historia tiene un inicio, y la de esta data de 1978. La Pastelería de la Torre fue la creadora original de una delicia que cambiaría para siempre el concepto de las palmeritas. Fue el resultado de muchas horas de trabajo por parte de Luis de La Torre, padre de Loli, actual propietaria de la pastelería, quien se pasaba horas experimentando en el obrador hasta que un día dio con la mezcla perfecta, consiguiendo así, una variante sorprendentemente jugosa de las tradicionales palmeras de hojaldre.
¿Cuál es el secreto detrás de la fama de estas palmeritas? La respuesta es sencilla, como nos cuenta Loli: “cuando ves una palmerita de Morata, podrías pensar que es igual que cualquier otra palmera, pero cuando das el primer mordisco, te encuentras con un hojaldre suave y jugoso que se deshace en tu boca. Básicamente, nada que ver con la sequedad característica de los hojaldres tradicionales. Esa capa de chocolate que estalla de sabor, creando una experiencia única que las distingue de cualquier otra palmera”.
Sin duda, uno de los pilares fundamentales de la Pastelería de la Torre es su arraigada tradición familiar, que ya va por la tercera generación, un lugar donde la tradición, la dedicación familiar y el amor por la repostería se combinan para ofrecer un producto único y exquisito.
El boca a boca como estrategia de marketing
En un mundo cada vez más digitalizado, la presencia en línea se ha convertido en un pilar fundamental para el éxito de cualquier negocio. Sin embargo, la Pastelería de la Torre ha logrado destacar en este competitivo sector gracias a su excepcional calidad y al poder del boca a boca. A día de hoy también cuenta con página web y RRSS.
Además de la icónica palmerita de chocolate original, han introducido una gama de sabores que incluyen opciones tentadoras como oreo, glaseadas, kinder, chocolate blanco, fresa, lotus y pistacho, entre otros. A pesar de esta variedad, el chocolate clásico sigue siendo el favorito indiscutible.
Pero la Pastelería de la Torre no se limita a elaborar el producto estrella de la localidad. Su repertorio también abarca la creación de tartas personalizadas, mantecados, pastas de té, tortas, hornazos, pelotas de fraile, e incluso el último e “instagrameable” new york rolls. Durante la temporada navideña, sus habilidades artesanales brillan aún más con la producción de mazapán, empiñonadas, turrón y troncos de Navidad, culminando con la tradicional elaboración de los célebres roscones de Reyes que endulzan las festividades.
Un fenómeno local globalizado en redes y Google
En datos extraídos por Restauración News para este reportaje, descubrimos que, según la herramienta SEMRush hay más de 32.000 búsquedas mensuales de palabras relacionadas con las palmeritas de Morata. Una auténtica locura que pone cifras a un sentir general: el que esa invención de la pastelería De la Torre es ya un fenómeno global.
En el mundo de la restauración, ya son muchos los restaurantes de la localidad que tienen este producto a la venta, hasta el punto de organizar maridajes de vinos con los chocolates propios del postre. También enseñas como la de Cristina Oria empiezan a vender el producto en sus tiendas gourmets.
Con todo, desde Restauración News nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Es descabellado pensar que en el futuro alguna cadena de restauración podría apostar por sumarse al carro de incluir este postre en sus cartas?
